Comprar una vivienda de segunda mano es una gran alegría, pero también supone asumir una tarea imprescindible: realizar una limpieza a fondo antes de instalarse. Aunque la casa esté aparentemente en buen estado, es muy probable que acumule suciedad invisible, residuos de anteriores propietarios o rincones descuidados que necesitan atención especial. En esta guía te explicamos paso a paso cómo abordar esta primera limpieza de forma eficiente y profesional.
Dedica unos minutos a recorrer la casa con papel y bolígrafo en mano. Observa:
- Las zonas que están visiblemente más sucias o con residuos.
- Si hay manchas, olores o humedades en paredes, techos o suelos.
- El estado de los electrodomésticos, armarios y sanitarios.
- Si hay polvo acumulado en rincones altos, lámparas o rodapiés.
Esta inspección te ayudará a priorizar tareas y establecer un orden de trabajo. Apunta cualquier desperfecto que podría requerir reparación antes de la limpieza (como grietas, humedades o fugas).

Paso 1: vaciado y preparación del espacio
Antes de limpiar, asegúrate de que no quedan objetos personales de los anteriores dueños ni embalajes o cajas si ya has hecho alguna mudanza parcial.
- Retira alfombras, cortinas y textiles si no vas a conservarlos. Si están en buen estado pero almacenados, llévalos a lavar.
- Abre todas las ventanas para ventilar durante al menos una hora. El aire fresco ayuda a eliminar olores persistentes.
- Prepara los productos de limpieza que nunca deben faltar: guantes, mascarilla si hay polvo en exceso, desinfectantes, bayetas, fregona, escoba, aspiradora con filtro HEPA, desengrasante, vinagre blanco, limpiacristales, cepillos de cerdas duras y blandas, y cubo de agua caliente.
Cuanto más despejado esté el espacio, más eficiente será la limpieza. Si hay muebles antiguos que vas a retirar más adelante, cúbrelos con plástico protector para evitar que acumulen más polvo.
Paso 2: limpieza profunda por zonas del hogar
Limpieza de cocina: desinfección total
La cocina es uno de los espacios donde más residuos invisibles se acumulan: grasa, restos de comida, insectos y olores. Incluso si parece limpia, no te saltes ni un rincón. Para la limpieza a fondo de cocinas:
- Vacía todos los armarios y cajones: impia interior y exterior con un paño húmedo y desinfectante suave. Si hay humedad o moho, utiliza vinagre o bicarbonato.
- Revisa los electrodomésticos: frigorífico, horno, microondas, lavavajillas. Límpialos por dentro y por fuera: descongela y desinfecta el congelador si es necesario.
- Aplica desengrasante en campana, horno y fogones: si hay incrustaciones, usa vapor o una espátula de plástico para no dañar las superficies.
- Aspira o barre el suelo, friega con agua caliente y un producto desinfectante. Repite el proceso si notas grasa o residuos pegados.
Baños: higiene, desinfección y control de humedad
El baño es un foco habitual de bacterias. Es fundamental dejarlo completamente desinfectado antes del primer uso.
- Aplica limpiador antical en grifos, mamparas, duchas y lavabos. Las juntas deben revisarse cuidadosamente.
- Desinfecta inodoro, lavabo y bidé con productos específicos. Frota también el interior del tanque del WC.
- Cambia la tapa del WC si es antigua, está manchada o presenta grietas. Es una inversión asequible que mejora la higiene.
- Revisa los desagües y vierte una mezcla de agua caliente con vinagre o un producto desatascador para evitar malos olores.
Salón y habitaciones: polvo y limpieza de superficies
Aunque no se vean sucias, las superficies acumulan polvo, alérgenos y bacterias. Eliminarlo es clave para una estancia saludable.
- Aspira paredes, techos, rodapiés y rincones superiores. Usa una boquilla adecuada para alcanzar las zonas altas.
- Limpia todas las ventanas: marcos, cristales, persianas, rieles y manillas. Usa limpiacristales y bayetas de microfibra.
- Desinfecta interruptores, pomos y tiradores.
- Si has heredado muebles, aspíralos a fondo y usa limpiadores según el tipo de material. Para sofás, considera la limpieza con vaporeta si presentan manchas u olores.
- Friega el suelo con agua caliente y producto desinfectante. Repite si es necesario.
Armarios, trasteros y zonas olvidadas
Son espacios que los anteriores dueños pueden haber pasado por alto. Presta atención especial a:
- Interiores de armarios: limpia baldas, puertas y fondos con desinfectante. Si huelen a cerrado, coloca bolsitas de carbón activo.
- Trasteros o garajes: aspira telarañas, retira cajas viejas o rotas y desinfecta el suelo si hay manchas o polvo acumulado.
- Altillos y zonas de almacenamiento: no ignores estas zonas. Revisa por si hay objetos que deban tirarse o limpiarse.
Paso 3: eliminación de olores residuales
Aunque no huela mal, una vivienda usada puede tener un aroma particular que conviene neutralizar para que realmente se sienta tuya.
- Coloca cuencos con bicarbonato, posos de café o cáscaras de limón en diferentes habitaciones.
- Usa difusores con aceites esenciales suaves (lavanda, eucalipto o citronela).
- Si hay alfombras o cortinas antiguas, lávalas o sustitþyelas.
- Evita usar ambientadores químicos excesivamente fuertes, ya que pueden mezclarse con los olores residuales.
Paso 4: preparativos finales antes de instalarte
Con la vivienda completamente limpia, ya puedes empezar a decorarla y hacerla tuya. Estos detalles te ayudarán a sentirte realmente en casa desde el primer día:
- Instala fundas nuevas en colchones, almohadas y sofás.
- Coloca textiles recién lavados: cojines, cortinas, mantas, alfombras.
- Cambia bombillas por luces LED blancas o cálidas según el ambiente que desees crear.
- Pinta las paredes si es necesario para renovar por completo el ambiente.
- Cambia cerraduras por seguridad, si no lo has hecho ya.

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