La cocina es uno de los espacios más importantes y utilizados de cualquier vivienda. Aquí se preparan los alimentos, se reúne la familia y se genera inevitablemente la mayor concentración de grasa, humedad y suciedad del hogar.
Una limpieza superficial no basta. Para que tu cocina luzca y huela como nueva, hace falta una limpieza a fondo profesional, que elimine la grasa incrustada, los restos de comida, las bacterias y el polvo que se acumulan en rincones invisibles.
En este post te enseñamos cómo hacerlo paso a paso, con técnicas que usan los profesionales y consejos que marcarán la diferencia entre una cocina “limpia” y una cocina realmente higiénica.
Antes de comenzar la limpieza profunda de cocinas, el primer paso clave es retirar todos los elementos que puedan entorpecer el proceso: utensilios, electrodomésticos pequeños, productos de limpieza, decoraciones y alimentos expuestos.
- Vacía también todos los armarios y cajones. Es el momento ideal para hacer limpieza de productos caducados, comprobar el estado de las especias, revisar el menaje de cocina y deshacerte de todo lo que esté roto o en desuso.
- Además, despejar completamente las superficies te permite acceder a zonas que normalmente no limpias bien, como esquinas de encimeras, juntas de muebles o zócalos. Esta preparación inicial es la base de una limpieza profesional.

Paso 2: limpia a fondo los armarios y cajones de la cocina
Los armarios son grandes acumuladores de polvo, grasa suspendida en el aire y migas. Aunque no se vean sucios, dentro pueden esconder olores, manchas de alimentos o insectos si no se limpian con frecuencia.
Para limpiarlos correctamente:
- Usa una mezcla de agua templada con vinagre blanco o un limpiador multiusos.
- Pasa un paño o esponja por las superficies internas, prestando atención a esquinas y juntas.
- Si hay grasa acumulada, usa desengrasante profesional y déjalo actuar unos minutos antes de frotar.
- Seca bien con un trapo limpio para evitar humedad.
A la hora de limpiar los armarios de la cocina, no te olvides de limpiar los tiradores, bisagras y bordes, ya que también acumulan suciedad al manipularlos con las manos sucias o mojadas.
Paso 3: electrodomésticos impecables por dentro y por fuera
Los electrodomésticos necesitan una limpieza específica y profunda que no solo mejore su aspecto exterior, sino que elimine restos de comida y grasa en el interior, evitando malos olores y bacterias.
- Horno: aplica un desengrasante o una pasta de bicarbonato con agua caliente. Déjalo actuar varias horas y retira con una esponja. No olvides la bandeja y la puerta.
- Microondas: hierve un recipiente con agua y zumo de limón para despegar la suciedad. Luego limpia con un paño húmedo.
- Nevera: vacía el contenido, limpia cada balda con agua y bicarbonato, y seca completamente. Revisa fechas de caducidad y organiza los alimentos.
- Lavavajillas: limpia el filtro, pasa un ciclo con vinagre y limpia la goma de la puerta.
- Campana extractora: desengrasa filtros en agua caliente y limpialos bien antes de colocarlos.
Estos aparatos están en contacto directo con alimentos, así que la higiene en su interior es esencial para mantener la cocina segura.
Paso 4: encimeras, juntas y superficies, donde se esconde la grasa
Las encimeras son una zona crítica porque es donde se manipulan los alimentos a diario. Si están sucias o contaminadas, se puede transferir esa suciedad a lo que cocinamos.
Para limpiar bien:
- Usa un limpiador desinfectante o una mezcla de vinagre blanco con agua caliente.
- Friega también los rodapiés, zócalos y bordes que muchas veces se olvidan.
- Si tienes encimera de madera, mármol o piedra, asegúrate de usar productos adecuados para no dañarlas.
Presta especial atención a las juntas de los azulejos o de la encimera, ya que la grasa y los restos de comida tienden a acumularse ahí. Un cepillo pequeño, como un cepillo de dientes viejo, puede ayudarte a desincrustar la suciedad.
Paso 5: paredes, azulejos y suelos relucientes
Muchas personas no suelen limpiar los azulejos de la cocina con regularidad, pero en realidad son imanes de grasa suspendida en el ambiente, especialmente cerca de la vitrocerámica.
Limpia con:
- Vinagre caliente y bicarbonato para desincrustar grasa.
- Esponja de cerdas suaves para no dañar los acabados.
- Especial cuidado en las juntas, que pueden ennegrecer con el tiempo.
En cuanto al suelo, es fundamental:
- Barrer o aspirar bien antes de fregar.
- Fregar con agua caliente y producto desengrasante.
- Pasar un segundo aclarado con agua y vinagre para eliminar residuos químicos.
Este proceso también elimina olores impregnados en la cocina, lo que notarás al instante.
Mantenimiento regular para evitar limpiezas extremas
Una cocina bien mantenida requiere menos limpiezas profundas. Estos son algunos hábitos recomendables:
- Limpia las encimeras cada vez que cocines.
- Friega el suelo al menos dos veces por semana.
- Desinfecta el cubo de basura semanalmente.
- Lava los paños, bayetas y estropajos con frecuencia.
- Pasa un trapo con vinagre cada 15 días por los armarios y electrodomésticos.
Recuerda: una limpieza diaria evita acumulación y hace que el trabajo profundo sea mucho más fácil y rápido.

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