Las segundas residencias, ya sean casas de vacaciones, inmuebles familiares o propiedades heredadas, requieren un enfoque de limpieza muy diferente al de una vivienda habitual. La falta de uso regular, la humedad, el polvo acumulado y la presencia de insectos o suciedad ambiental hacen que mantener estos espacios en condiciones implique una planificación específica. En esta guía profesional te explicamos paso a paso cómo limpiar una casa en la que no vives, optimizando tiempo y resultados.
Antes de comenzar, es clave tener en cuenta cuánto tiempo lleva la vivienda cerrada. No es lo mismo limpiar una casa que se visita mensualmente que una que ha estado cerrada por años.
- Menos de 3 meses: limpieza básica de mantenimiento.
- Entre 3 y 12 meses: limpieza profunda por estancias.
- Más de un año: limpieza integral con revisión de instalaciones, posibles plagas y humedad.
Con esta evaluación inicial podrás definir la cantidad de recursos, productos y tiempo necesarios para una limpieza efectiva.

Prioriza la ventilación: el primer paso esencial
En casas cerradas durante semanas o meses, la ventilación debe ser la primera acción. Ayuda a eliminar malos olores, reducir la humedad acumulada y renovar el aire interior.
- Abre todas las ventanas y puertas interiores.
- Ventila mínimo una hora antes de empezar a limpiar.
- Si puedes, deja una jornada completa de ventilación previa para reducir esporas y polvo en suspensión.
Aprovecha este tiempo para revisar visualmente el estado general y detectar posibles incidencias.
Limpieza por capas: del polvo grueso al detalle
Una de las principales particularidades de las segundas residencias es la acumulación de polvo grueso. Por ello, la limpieza del polvo debe hacerse en dos fases:
1. Retirada de suciedad superficial
- Usa escobas de cerdas suaves o aspiradores potentes para eliminar telarañas y polvo acumulado en suelos y rincones.
- Sacude cortinas, textiles y cojines antes de lavarlos.
- Elimina hojas secas, insectos o arena si la vivienda está en zona rural o de playa.
2. Limpieza profunda por zonas
Una vez retirada la suciedad más visible, se puede pasar a una limpieza con desinfectantes suaves, limpiadores multisuperficie y agua tibia:
- Cocina: revisa armarios y electrodomésticos. Puede haber insectos o grasa acumulada por falta de uso.
- Baños: aplica antical, desinfecta sanitarios y comprueba si hay humedades o fugas por falta de uso.
- Dormitorios: cambia ropa de cama, aspira colchones y ventila bien armarios cerrados.
- Salón: limpia sofás, superficies y aparatos electrónicos que acumulan polvo fino.
Presta atención a zonas olvidadas
En las viviendas no habitadas hay zonas que tienden a descuidarse y son clave para evitar olores o problemas a medio plazo:
- Sifones: si llevan tiempo sin uso, pueden emitir mal olor. Llena con agua y un chorrito de lejía o vinagre blanco.
- Juntas de ventanas y puertas: pueden acumular humedad y polvo. Limpia con un cepillo de dientes viejo y producto jabonoso.
- Persianas y marcos: zonas que acumulan polvo exterior, sobre todo si la casa está cerca del mar o en zonas rurales.
Prevención para futuros usos: la clave de la eficiencia
Una buena limpieza no solo debe dejar la casa perfecta para el presente, sino también facilitar la siguiente visita. Estas acciones te ahorrarán tiempo en el futuro:
- Cubre sofás y colchones con fundas transpirables.
- Guarda la ropa de cama limpia en bolsas herméticas.
- Deja una bandeja con bicarbonato o carbón activo para neutralizar olores.
- Sella alimentos en botes herméticos o vacía por completo la despensa.
También puedes dejar anotado un checklist visible para la próxima vez que accedas a la vivienda.

Limpieza profesional y a fondo de segundas residencias
Si no puedes visitar la vivienda con regularidad, lo más eficaz es contratar un servicio profesional de limpieza profunda una o dos veces al año. Esto garantiza que la casa estará lista para habitar en cualquier momento sin sorpresas desagradables.
En Limpiezas Express ofrecemos limpiezas a fondo para segundas residencias adaptadas a cada situación. Podemos preparar tu vivienda para vacaciones, alquiler temporal o simplemente dejarla como nueva tras meses cerrada.
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