Tras una obra o reforma, una de las tareas más delicadas y laboriosas es la limpieza de ventanas. El polvo fino, los restos de yeso, cemento o pintura se adhieren al cristal, los marcos y las juntas con facilidad, y si no se limpian correctamente, pueden provocar daños permanentes o un resultado poco estético. Una limpieza mal hecha no solo da mala imagen, sino que también puede acortar la vida útil de las ventanas. A continuación te mostramos los 10 errores más comunes en la limpieza de ventanas tras una obra y cómo evitarlos para que queden impecables sin dañarlas.
Limpiar después de una reforma, y sobre todo, limpiar el polvo de obra que es extremadamente fino y abrasivo, no es fácil. Si se empieza a limpiar directamente con un paño húmedo o con productos, se corre el riesgo de rayar el cristal o extender la suciedad en lugar de eliminarla.
Solución: retira primero el polvo seco con un cepillo suave, aspirador o plumeros de microfibra antes de aplicar cualquier producto líquido. Si el polvo está muy adherido, realiza varias pasadas con distintas herramientas antes de usar agua o detergente.

2. Usar productos agresivos sobre el cristal
Muchas personas utilizan amoníaco, disolvente o productos demasiado abrasivos pensando que serán más efectivos. Estos pueden dañar el cristal, los marcos o eliminar tratamientos antirreflejantes o térmicos si los tiene.
Solución: utiliza productos neutros o específicos para cristales. El agua con vinagre o un limpiacristales profesional es más que suficiente. En caso de duda, realiza una prueba en una esquina poco visible.
3. No proteger los marcos antes de limpiar
En ventanas de aluminio, madera o PVC, los marcos son especialmente vulnerables a rayaduras o decoloración por productos inadecuados o herramientas abrasivas. Además, los restos de cemento o pintura pueden fijarse si no se limpian correctamente a tiempo.
Solución: usa cinta de carrocero para delimitar el área de trabajo si el marco es delicado y limpia con productos aptos para el material del marco. Si hay restos de obra muy adheridos, usa espátulas de plástico para retirarlos con suavidad.
4. Limpiar bajo luz directa del sol
La luz solar directa hace que los productos de limpieza se evaporen demasiado rápido, dejando manchas, cercos y un acabado opaco en el cristal. Además, dificulta ver si han quedado marcas o residuos.
Solución: realiza la limpieza en horas de menor exposición solar o en días nublados para que el producto actúe de forma homogénea. Si solo puedes limpiar de día, coloca una sombrilla o utiliza un toldo para reducir la incidencia del sol.
5. No revisar las juntas ni rieles
Los rieles de las ventanas y las juntas de goma acumulan gran cantidad de polvo, escombros y suciedad que puede afectar al cierre y a la durabilidad de la ventana. Ignorarlos puede causar atascos o filtraciones.
Solución: utiliza un cepillo de dientes viejo o una brocha para llegar a rincones y limpia los rieles con aspirador y un paño húmedo. Para las juntas de goma, emplea un bastoncillo de algodón humedecido con agua jabonosa.
6. Usar papel de cocina o servilletas
Aunque son comunes, estos materiales pueden dejar pelusas y no limpian en profundidad. Además, si hay residuos de obra, pueden rayar el cristal o deshacerse dejando restos difíciles de eliminar.
Solución: usa paños de microfibra, gamuzas profesionales o rasquetas con gomas especiales para cristales. Estos materiales atrapan mejor la suciedad y garantizan un acabado sin residuos.
7. Rascar pintura seca con herramientas inadecuadas
Intentar quitar gotas de pintura seca con cuchillas de cocina, navajas o estropajos metálicos es uno de los errores más frecuentes y peligrosos, ya que pueden provocar arañazos irreversibles.
Solución: usa rasquetas específicas para cristales con cuchillas de seguridad. Siempre hazlo en ángulo recto, con movimientos suaves y firmes. Para manchas rebeldes, aplica antes un ablandador de pintura o alcohol isopropílico.
8. No limpiar bien los productos que se aplican
Aplicar limpiacristales o vinagre sin retirar completamente el producto deja marcas visibles cuando se seca, especialmente si hay exceso. También puede dejar una película que atrapa más polvo posteriormente.
Solución: usa la cantidad justa y seca con movimientos de zigzag o circulares usando una gamuza limpia. Cambia de paño si el primero se humedece demasiado o empieza a dejar marcas.
9. Ignorar los residuos de silicona o masilla
Es común que tras una obra queden restos de selladores o masilla en los bordes de las ventanas. Estos residuos no solo afectan el resultado, sino que pueden dificultar el sellado adecuado.
Solución: retira con cuidado usando una espátula plástica o con alcohol isopropílico aplicado con un paño. Evita arañar el cristal o dañar las juntas. Si el residuo es muy resistente, puedes usar un decapante específico para silicona.
10. No hacer una limpieza final con revisión
Tras la primera pasada, muchas personas dan por finalizada la limpieza sin repasar. Esto puede dejar restos secos que se ven a contraluz o tras unas horas, especialmente si la luz cambia o si llueve.
Solución: revisa cada ventana desde diferentes ángulos con luz natural y haz una pasada final para perfeccionar el resultado. Aprovecha esta revisión para detectar manchas, gotas secas o zonas olvidadas.

Limpieza profesional después de obra
Limpiar ventanas tras una reforma puede ser más complejo de lo que parece. Si quieres resultados impecables, sin riesgo de daños y sin invertir horas, puedes contar con el equipo de Limpiezas Express, expertos en limpiezas post obra, profundas y especializadas.
Calcula tu presupuesto de limpieza después de obra en solo 2 minutos sin compromiso y con total garantía. Recupera la claridad de tus cristales y disfruta de tu hogar recién renovado como se merece.